Emocionada visita de varios miembros de Israel y Austria al campo de concentración Mauthausen el pasado mes de mayo, en un encuentro “intenso” que enfrentó a cada uno con su pasado e historia.

No obstante, como filósofos, todos los participantes apostaron por establecer un diálogo real y profundo y tender un puente entre ambas culturas. Más allá de ser israelíes o austriacos, fueron un grupo de seres humanos ante una experiencia que evidenció la capacidad para identificarnos primero como seres humanos y, sólo después con una cultura específica, pueblo o religión, en lo que confían como única y real solución para evitar de nuevo catástrofes similares en el curso de la historia y poder forjar juntos un futuro mejor para la humanidad.