Cuando el frío invierno asola el sur del país, las temperaturas descienden radicalmente. En la provincia de Puno, el frío llega a -20°, y causa graves perjuicios a los habitantes de las zonas más lejanas afectando a las cosechas y a la salud de niños y mayores, propensos a sufrir de enfermedades respiratorias.

Cada año estamos presente con ayuda humanitaria y social para quienes más lo necesitan. En esta ocasión, llegamos hasta el distrito de Conduriri, ubicado a 4 mil metros sobre el nivel de mar, donde más de 600 personas provenientes de las comunidades de San Juan

de Chiutiri, Providencia, Sales Grande, Sales Chico, Circapampa, Conduriri, Chapi, Chilligua, Huaripujo, Calasaya, San Juan Capilla, Phorque, San José, Untave Grande, Untave Chico, Huanacamaya, recibieron la donaciones.

 

 

Nueva Acrópolis también contó con la participación de las autoridades de las citadas comunidades que consistió en la entrega de más de 300 mantas, 225 pares de botitas para niños, 100 “chullos” tejidos y múltiples prendas de abrigo que se distribuyeron entre todos los asistentes.

Asimismo, se ofreció asistencia médica y una representación de teatro infantil titulada “El zapatero y los duendes”. Sergio Paredes Cuba, director de la filial Puno: “Realizamos esta labor desde hace diez años y hemos visitado lugares tanto en la zona norte y sur de la región, como Punta Perdida, Mazocruz, Ituata, Azaroma, entre otros, beneficiando en cada campaña alrededor de 600 personas que viven en vulnerabilidad en estas épocas del frío”.