La 29ª Olimpiadas de Nueva Acrópolis Francia tuvo lugar bajo el sol de la región del Perche, en la Cour Petral el pasado mes de julio.
En el programa de eventos deportivos: carreras a pie (10000 m, 400 m, 100 m, relevos 4×100 m), fútbol, ​​voleibol, tenis de mesa, gimnasia artística, tiro con arco, lanzamiento de peso – y también eventos artísticos (canción, poema, cuento, foto) – no para ¡Mencione los torneos imperdibles de petanca y ajedrez!

Deportistas y artistas de los 13 sedes de Nueva Acrópolis en Francia se unieron para competir, superarse y unirse, experimentar éxitos y derrotas, tocar una pieza de excelencia. Una excelencia que no es solo atlética o estética, sino la excelencia del alma, por el esfuerzo desinteresado y voluntario, el don de uno mismo para su equipo, el compartir de lo más bello y armonioso en el hombre y en la Naturaleza.

“Al restaurar los Juegos Olímpicos, no me veía cerca de mí, sino muy lejos. Quería devolver al mundo moderno, de forma duradera, una institución antigua cuyo principio le volvió a beneficiar”, dijo Pierre de Coubertin, renovador de los Juegos Olímpicos en 1894.

El entusiasmo y la alegría por el esfuerzo realizado cerraron este fin de semana de eventos, con la necesidad, más que nunca, de cultivar el espíritu olímpico en nuestro día a día.