Experiencia muy significativa con la práctica del antiguo arte del tiro con arco que nos ayudó a conocernos mejor, señalando dónde debemos relajarnos más o esforzarnos un poco más. Un ejercicio especial nos permitió descubrir el uso de “Ver con el corazón” mientras cerramos los ojos. Esta experiencia especial abrió una ventana única a un ser interior que todos poseemos pero que rara vez usamos.

“Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, se sienten con el corazón.” (Antoine de Saint-Exupéry, El Principito)