Una jornada con cuatro talleres de conocimientos variados y creatividad. Un testimonio de cómo el verano puede ser mucho más que una estación.

En este día intentamos sumergirnos profundamente en nuestro mundo interior, expresar nuestro verdadero ser y conectarnos significativamente con la tierra. Una maravillosa combinación de experiencia personal, expresión artística y práctica filosófica.

Cada participante eligió un taller que determinó la naturaleza de su jornada.

Pan: taller de elaboración de masa madre: amasamos, diseñamos y horneamos nuestros propios panes, mientras nos conectamos con el antiguo arte de hacer pan. La belleza de la simplicidad y el enfoque profundo de crear algo nutritivo con nuestras propias manos.

Taller de atrapasueños: aprender sobre la historia y la cultura detrás de los atrapasueños fue fascinante. Creamos nuestros propios atrapasueños, incorporando intenciones y deseos personales. Fue un poderoso recordatorio de la conexión entre los sueños del mundo que nos rodea.

Taller de escritura intuitiva: sobre cómo confiar en nuestra voz interior, cómo permitir que nos guíe.

El gran final fue una relajante práctica de Chi Kong que armonizó nuestras energías, seguida de un “baño de sol y una ducha de luna”, un taller ritual conjunto especial y simbólico en el que pedimos absorber la esencia del verano, sentir la energía que se hunde y reflexionar sobre las experiencias del día.