En nuestros dos centros de Dublín y Cork, más de medio centenar de personas asistieron a los eventos del Día Mundial de la Filosofía.

El formato fue simple pero dinámico: después de una presentación sobre la unidad y la diversidad, la audiencia se dividió en grupos para discutir los desafíos relacionados y cómo podemos fomentar una mayor unidad entre las personas. Un miembro de cada grupo compartió un resumen de sus discusiones y muchos comentaron la superposición de ideas clave.

La conclusión mostró que cuando nos centramos en lo que es universal, podemos encontrar un punto de convergencia, una verdadera unión de ideas que demuestra el poder de la unidad, una unidad que subyace a una diversidad natural de expresión. A través de la educación filosófica podemos elevarnos a esa unidad interior, lo más alto en nosotros, el corazón del idealista desde el cual vemos lo mejor de nosotros mismos y de los demás.