Para celebrar el Día de la Tierra, se llevó a cabo en Shkup una curiosa actividad al aire libre, organizada desde Nueva Acrópolis Skopje, que acercó a los niños a las maravillas de la naturaleza. Divididos en diferentes grupos, los jóvenes participantes se dispusieron a explorar su entorno local, identificando con entusiasmo diferentes plantas y aprendiendo sobre la vegetación que prospera a su alrededor con cartulinas de identificación de plantas hechas a mano. La simple alegría de unir hojas y flores con sus guías de cartón se convirtió en un viaje significativo de descubrimiento, curiosidad y conciencia ambiental.

El día estuvo lleno de risas, ya que los niños también participaron en divertidos juegos. Más allá de la alegría y el aprendizaje, la actividad resonó discretamente con una verdad filosófica más profunda: que nosotros, como humanos, no estamos separados de la naturaleza, sino que formamos parte de su intrincada red. Al animar a los niños a observar, nombrar e interactuar con el mundo vivo, el evento sembró semillas de asombro y responsabilidad. En el espíritu del Día de la Tierra, nos recordó que reconectarnos con la naturaleza no es sólo un acto alegre, sino también un reflejo de sabiduría: vivir en armonía con el mundo que nos sustenta.