Jornada de voluntariado con jóvenes especiales

Los integrantes de Nueva Acrópolis San Cristóbal reafirmaron su compromiso con la sociedad a través de una significativa actividad de voluntariado, llena de alegría, empatía y aprendizaje mutuo. La jornada, realizada en las instalaciones de ASOGATA, estuvo dedicada a un grupo de jóvenes con síndrome de Down, quienes participaron en diversas actividades diseñadas para fomentar su desarrollo, creatividad y bienestar.

Un día lleno de color y sonrisas
La actividad incluyó talleres de pintura, recreación y un espacio muy especial para la equinoterapia, donde los participantes pudieron interactuar con caballos en un ambiente seguro y lleno de cariño. Cada actividad estuvo dirigida a estimular habilidades motoras, emocionales y sociales, mientras se reforzaba su autoestima y confianza.

El trabajo en equipo y la dedicación de los voluntarios hicieron de este día una experiencia inolvidable. Los colores de los pinceles, las risas durante los juegos y la conexión única creada con los caballos no solo enriquecieron a los jóvenes participantes, sino también a cada voluntario presente.

Más allá de las actividades, esta jornada fue una oportunidad para vivir el valor de la solidaridad y la responsabilidad social. Los voluntarios expresaron lo gratificante que fue aportar su tiempo y habilidades para apoyar a este grupo especial, quienes, con su alegría y autenticidad, dejaron una huella imborrable en cada uno de ellos.

Aprendiendo a través del servicio
La jornada de voluntariado no solo fue un acto de ayuda, sino una lección profunda sobre la importancia de valorar las pequeñas cosas de la vida y de reconocer la grandeza en las diferencias. Cada interacción con estos jóvenes especiales recordó a los voluntarios el impacto que podemos tener en la vida de los demás cuando actuamos desde el corazón.

Un agradecimiento especial
Nueva Acrópolis San Cristóbal agradece a todos los participantes y colaboradores que hicieron posible esta actividad. Gracias a su entusiasmo y entrega, esta jornada se convirtió en un espacio de encuentro humano y un ejemplo del impacto positivo que podemos generar cuando trabajamos juntos por el bien común.

Esta experiencia nos motiva a seguir desarrollando iniciativas que promuevan el voluntariado como una herramienta para construir un mundo más solidario y humano.