Visita al Hermitage: cómo los símbolos nos enseñan a comprender el mundo (Rusia Norte)
Como complemento a nuestras actividades, en ocasiones visitamos un museo o nos adentramos en la naturaleza, porque las leyes del universo se comprenden mejor a través de lo que vemos o tocamos.
Hace poco, visitamos la sala egipcia del Hermitage con el grupo de estudiantes más jóvenes. Allí, entre esculturas de dioses y papiros, intentamos desentrañar cómo las personas que vivieron hace miles de años imaginaban el mundo y el lugar del hombre en él.
Un par de días después, un grupo de estudiantes de último año acudió a la misma sala del Hermitage para realizar el examen. Primero, era necesario descubrir por nuestra cuenta “nuestra” pieza. Algunos eligieron un loto, otros una estela con jeroglíficos y otros una estela con imágenes.
Resultó que el museo no es una colección de reliquias polvorientas. Es un lugar donde las rocas y la turquesa de repente empiezan a «hablar». Basta con escuchar, y los antiguos símbolos se convierten en un espejo donde podemos reconocer nuestras propias preguntas: ¿qué es más importante: la fama o un corazón sincero? ¿Cómo convertir las dificultades en fortalezas?
Los egipcios no dan respuestas, pero nos enseñan a hacernos las preguntas correctas sobre el camino de una persona, sobre el destino, sobre la felicidad.