Los miembros de la sede de Nueva Acrópolis en La Molina participaron de este viaje cultural al Cusco 2025, una experiencia que trasciende lo turístico y se convierte en un verdadero encuentro con la historia, el pensamiento y el alma de una civilización ancestral.

Como escuela de filosofía que vive la cultura, entendemos que viajar no es simplemente trasladarse en el espacio, sino emprender un recorrido hacia el conocimiento, hacia las raíces que nos conectan con lo más profundo del ser humano. Por ello, este viaje al Cusco —ombligo del mundo— fue una oportunidad para explorar no solo los restos materiales del Imperio Inca, sino también los símbolos, valores y la cosmovisión que dieron sentido a su forma de vivir.

A través de la visita a templos sagrados, caminos ancestrales y paisajes impregnados de sabiduría milenaria, buscamos comprender mejor el legado de una civilización que supo armonizar al ser humano con la naturaleza, el cielo con la tierra, el tiempo con la eternidad.

Esta experiencia fue una invitación a mirar con nuevos ojos nuestras raíces, no como un pasado lejano, sino como una fuente viva de inspiración  para construir un presente más consciente, más justo y más humano.