Desde hace dos años y medio, voluntarios de las dos sedes de Nueva Acrópolis en Medellín, acompañan a un grupo de jóvenes del asentamiento de Nueva Jerusalén, el territorio de personas desplazadas más grande de Colombia. Este trabajo se realiza en colaboración con una fundación local que protege la infancia, garantiza la alimentación de cientos de niños y promueve espacios seguros de formación, con el requisito fundamental de que los menores estén escolarizados.

En este contexto, surge el programa formativo “El camino del héroe”, una propuesta filosófica y vivencial que inspira a los jóvenes a conocerse, superarse y convertirse en referentes positivos para su comunidad.

En el más reciente encuentro, realizado en  julio, los jóvenes continúan en la etapa de preparación del héroe, uno de los momentos clave en este camino de transformación interior. El taller estuvo centrado en el ejercicio de las máscaras, una poderosa dinámica que los invitó a mirar hacia adentro y reconocer los papeles que suelen adoptar en su vida cotidiana: el fuerte, el agresivo, el apático, el chistoso, el explosivo, el pasivo… Máscaras que muchas veces han servido como una forma de protección frente al dolor, pero que también ocultan su verdadera esencia.

Estos jóvenes guerreros están aprendiendo a mirarse con honestidad, a reconocer tanto sus fortalezas como sus debilidades. Solo así podrán caminar con más claridad hacia los retos que la vida les presente. En la próxima sesión, comenzarán a explorar las creencias limitantes, otro paso crucial para romper cadenas internas y abrir nuevas posibilidades.

Desde Nueva Acrópolis, seguimos convencidos de que la verdadera revolución empieza en el interior de cada ser humano. Y estos jóvenes, con su coraje, entrega y ganas de crecer, ya son ejemplo de ello.