A lo largo de los últimos meses, el proyecto “Yo Amo la Lectura”, impulsado por los voluntarios de Nueva Acrópolis, ha venido transformando la forma en que niñas, niños y adolescentes de distintas regiones del país se acercan a los libros. Bajo una premisa clara —leer no solo para saber, sino para crecer como seres humanos—, esta iniciativa implementada de manera simultánea y adaptada en varias ciudades del Perú, combinando la lectura con el juego, la creatividad y la reflexión.

Desde Ica, Cajamarca, Cusco, Cerro de Pasco y Lima, los voluntarios de Nueva Acrópolis llevaron a cabo este mismo proyecto con actividades diseñadas para que los participantes no solo lean, sino que también vivan los valores que emergen de las historias.

En Ica, el teatro de títeres dio vida a la fábula de Esopo “El León, la Zorra y el Ciervo”, enseñando a los niños sobre la humildad, la prudencia y la honestidad. Dinámicas creativas como pintura y crucigramas reforzaron estos valores en un ambiente de juego y compañerismo.

En Cajamarca, con la lectura de “La Flor de la Honestidad”,  escolares reflexionaron sobre la importancia de la sinceridad y la integridad a través de dinámicas como Simón dice, El detective y La mano de la honestidad, finalizando con compromisos personales que reflejaron un verdadero aprendizaje interior.

En la Aldea Infantil San Nicolás de Cerro de Pasco, la lectura fue un puente hacia los sueños. Mientras los más pequeños disfrutaron de cuentos clásicos, los adolescentes se adentraron en títulos como “El Héroe Invisible” y “El Guardián de los Libros Prohibidos”, descubriendo cómo la lectura puede darles herramientas para construir un futuro más sólido.

En Cusco, niños y varios adultos participaron en actividades inspiradas en el Libro de los Valores, culminando con la creación colectiva de un “Árbol de Virtudes”, donde cada hoja representaba un compromiso personal con valores como la justicia, la amistad o la perseverancia.

Y en Lima, los niños del AAHH Ficus El Pedregal vivieron una experiencia épica al estilo mitológico con “Las Aventuras de Hércules”. A través de dinámicas artísticas y recreativas, cada prueba del héroe griego fue una oportunidad para reflexionar sobre valores como el respeto, la valentía y la perseverancia.

Cada jornada cerró con sonrisas, juegos, reflexiones, recuerdos materiales como gorros o libros, y sobre todo, una semilla de virtud sembrada en cada corazón.

Este proyecto nos recuerda que la lectura es una experiencia transformadora cuando se vive con imaginación, valores y propósito.