Un buen grupo de asistentes participó del FILO-Café titulado “Ser libre” en un acogedor café de Budapest. Este fue el evento debut de una serie de programas lanzados recientemente que tienen como objetivo promover el intercambio de ideas filosóficas.

 

 

 

 

 

 

 

Los moderadores se aseguraron de que todos tuvieran voz y de que los participantes prestaran atención y no solo estuvieran interesados en convencerse unos a otros, sino también en entender las ideas de los demás.

Esta experiencia demostró que un diálogo basado en el respeto mutuo podría permitir que emergiera un panorama más complejo y detallado. En lugar de conducir a un debate, el programa dejó en claro la necesidad de un diálogo abierto para unir puntos de vista divergentes.