Max – este teatro es también un mito.
La última obra que vi fue quizás la más sorprendente, aunque MAX de Amit Erez requiera aún algún ajuste dramático.
La obra nos habla de un joven actor cuyo padre murió y se va de viaje en un viejo carro que se cae a pedazos con un socio dudoso y una sabia bailarina. Las aventuras se suceden rápidamente y no son particularmente agradables -tal vez no es sólo una historia acerca de un teatro itinerante sino una metáfora del teatro y la cultura derrotadas por la sociedad y el gobierno.
La obra nació de la colaboración entre el actor Zahi Glick, Amit Erez y el director Itai Bleiberg e inspirada en un libro de Jorge Angel Livraga Rizzi, fundador en 1957 de Nueva Acrópolis, una organización internacional sin fines de lucro y que se define como “una escuela de filosofía a la manera clásica. Bajo sus “alas” Glick creó el teatro “Bmahut” que ofrece este espectáculo.
Bleiberg lleva a cabo en el anfiteatro abierto un espectáculo hermoso y conmovedor. Con él Talia Ottolenghi – diseñador del decorado; diseñadora de vestuario Rita London; coreógrafo Mia Joseph; música de Almog Modei y Tal Bruchstein, y una excelente producción de Anat Moludzon.
Principalmente fue la noche de los maravillosos actores: Meital Peretz fue encantador; Amit Rosenberg – versátil; Boris Schiff y todo dirijido por Zahi Glick con abundante encanto, inocencia y entusiasmo, el espectáculo que ofrecieron fue un regalo de despedida del festival.