Nueva Acrópolis en París organizó un carnaval en el distrito próximo a su sede, y retomó así esta antigua fiesta que en ocasiones reunía a los habitantes de todas las generaciones para vivirla juntos. Esta vez se realizó un desfile en la calle Mouffetard para el deleite de los residentes y especialmente para los niños del barrio, que llegaron con sus padres y vestidos para la ocasión. Músicos y cantantes condujeron la procesión, y los actores representaron la ejecución del “bonachón de carnaval” que representa el final del invierno y es injustamente acusado de todos los males que afligen a la humanidad. Con crêpes y música brasileña se cerró el festival. ¡A vivir la primavera y el renacimiento interior!