Talleres prácticos de filosofía inspirados en los estoicos (Marsella, Francia)
La sede de Nueva Acrópolis en Marsella honró las prácticas de la filosofía estoica.
En Atenas, Zenón de Citium impartía sus clases bajo una columnata del Ágora denominada “Pórtico Pintado” (Stoa poikilê, en griego), de ahí nació la escuela “Estoica”. Más allá de impartir conocimientos de un maestro a su alumno, fue un encuentro de alma a alma.
Durante un primer encuentro, se organizó un café filosófico sobre el tema: ¿Podemos cambiar lo que no depende de nosotros?
Aprende a cuestionarte, a salir de tus opiniones, qué pensar, cuál es la verdad, cómo argumentar, ¿de qué tomas conciencia?
Estos son los ejercicios de pensamiento abordados en el café filosófico de Nueva Acrópolis de Marsella.
Como la construcción de una reflexión individual y colectiva, guiada por nuestra facilitadora Danielle y la ayuda de los integrantes de la escuela, los participantes ven nacer pequeñas pepitas. Cada uno se va con estas riquezas, una mirada diferente al tema, pero a veces una mirada a uno mismo, a nuestras propias reacciones, nuestras opiniones, nuestras ideas y cómo se confrontan a sí mismos y a los demás…
La pregunta del día lleva a reflexionar sobre qué depende o no de uno mismo. ¿Qué poder y responsabilidades tienen todos dentro de una sociedad? Surge el concepto de relación inter e intraindividual y su toma de conciencia.
¿Es la voluntad de cambiar el mundo actuando la única y mejor manera de cambiar el mundo?
¿Y luego simplemente aceptar? ¿Por qué valorar lo que no puedes cambiar? ¿Es un cambio tomar por tal lo que nos está pasando?
En segundo lugar, Nueva Acrópolis Marsella ofreció al público la oportunidad de experimentar estas prácticas estoicas.
Los filósofos estoicos, como Séneca o Epicteto, supieron darnos herramientas para una existencia significativa. Nos dan elementos para pensar hoy sobre cómo cambiarse uno mismo para cambiar el mundo. La visión estoica es una visión holística del hombre, abarcando su alma, su espíritu, su cuerpo con la acción de mantener la vida interior.