Café filosófico: “La victoria” (Braga, Portugal)
Nueva Acrópolis organizó un coloquio inspirado en el capítulo “A Vitória”, perteneciente al libro “Rumo à Vitória”, escrito por Delia Steinberg Guzmán.
En esta actividad se habló de que el esfuerzo y la lucha que anteceden a toda victoria, grande o pequeña, se manifiestan especialmente en los planos más íntimos del ser humano. No cabe duda de que muchos esfuerzos requieren de la participación activa de nuestras acciones. Pero la raíz de este esfuerzo físico está siempre en aquellas cosas que sabemos o queremos; la fuerza de voluntad y el conocimiento son motores poderosos.
No podemos dejar de reconocer que las luchas más terribles tienen lugar en la psique y la mente. Grande es el dolor que sufren los cuerpos, pero no es comparable a la intensidad del dolor de los cuerpos sutiles, para los cuales no es fácil encontrar un remedio inmediato.
Muchos esforzados luchadores saben lo importante que es mantener la calma en medio de esa lucha. Todo debe tener un propósito y, para que el propósito no desaparezca de la vista, es necesaria la serenidad.
La serenidad es un estado del alma muy cercano a la victoria, aunque no sea la gran victoria. Siempre habrá dificultades, porque no hay victoria sin lucha. Pero, es necesario saber diferenciar las dificultades de las fantasías generadas por el miedo.
El miedo es oscuro y crea la misma oscuridad dentro de nosotros y a nuestro alrededor. No podemos ver nuestro interior, ni tampoco podemos discernir lo que está pasando fuera de nosotros mismos cuando nos encontramos en medio de la noche y la oscuridad domina y oculta todo rastro de victoria. Entonces, debemos aprender a ganar en la noche. Comencemos por vencer el miedo. El miedo es la prueba. El objetivo es la victoria.