Nuestra sede en Tel Aviv está ubicada en un barrio del sur que tiene bastante gente que vive en la calle y personas desfavorecidas en general. Salimos con un grupo de alumnos del curso de iniciación a conocer de cerca a esta gente del barrio, a darnos a conocer con el corazón abierto, y montamos un mesa con té caliente, muchas tartas, galletas y porciones de pizza. La gente se acercó a nosotros, disfrutó de la comida, llevó a sus amigos y nos hizo sentir cómodos en un lugar que no siempre es sencillo de recorrer.

Las sencillas charlas y sus agradecimientos nos recordaron que todos somos personas, todos necesitamos confianza y cariño.

Fue una experiencia muy enriquecedora.