“El lugar al que más temes entrar contiene la llave que estás buscando”.

Algunos miembros y sus amigos emprendieron un viaje conjunto, para conectarse con la tranquilidad, con la simplicidad de la naturaleza y, sobre todo, para acercarse unos a otros y a ellos mismos.

A través de actividades especiales, aderezadas con filosofía, hemos podido conocernos un poco más, en un descanso de la carrera de la vida.

Como parte de la ruta entramos en una cueva profunda y fría.

Un participante compartió parte de su experiencia:
“Muchos de mis sueños de éxito eran escalar a lugares altos, y cada vez había algún obstáculo o miedo de no saber cómo bajar. Entrar en la cueva en nuestro viaje me proporcionó estas experiencias en la realidad.

-Me demostró que el cuerpo es maravilloso y que realmente puedes confiar en él.
-Que la amistad y la ayuda mutua son una gran fuerza y un maravilloso viento de cola.
-Que puedo confiar en mí mismo, si lo intento, lo sabré.

En la cueva surgió la necesidad de calcular unos pasos más que otros, de confiar en mí mismo y en los demás, de ser valiente.
Saber que lo hicieron antes que yo, que van conmigo y que lo harán después de mí me ha ayudado”.

Aquí hay algunos momentos del increíble viaje…