Compartir calor con vecinos sin hogar (Chicago, EE. UU.)

Voluntariado Social

Compartir calor es un instinto. Cuando tenemos frío, o cuando vemos a alguien soportando la dureza del invierno, buscamos instintivamente ofrecer calor. Podemos frotarnos las manos para devolver la sensibilidad a las extremidades congeladas, acercarnos para compartir el calor corporal, abrigarnos con más capas u ofrecer una taza de té caliente a alguien que lo necesite.

En la sociedad actual, demasiadas personas soportan el frío helado del invierno sin refugio, pero la falta de vivienda a menudo significa más que un simple frío físico. Significa ser empujado a los márgenes de la sociedad, invisible y no reconocido, experimentando un “frío social” que profundiza su aislamiento.

En vista de esto, los voluntarios de New Acropolis en Chicago desafiaron un día nevado y extremadamente frío para conectarse con vecinos locales que experimentaban la falta de vivienda, ofreciendo calor de muchas formas. Prepararon sándwiches, sopa caliente y café para compartir, distribuyeron mantas y ropa de abrigo y, lo más importante, pasaron tiempo escuchando y compartiendo momentos de genuina conexión humana. Estos actos no tenían como objetivo juzgar, sino reconocer la humanidad y la dignidad de cada persona.

Aprendimos que, si bien no podemos cambiar las circunstancias de otra persona, siempre podemos aportar calidez a una situación fría simplemente viéndola como lo que realmente es: un ser humano digno.

Deja un comentario