Actos con motivo del Día Mundial de la Filosofía (Budapest, Hungría)
Con motivo del Día Mundial de la Filosofía se celebró una serie de eventos de tres días en el Centro de Nueva Acrópolis Hungría. Los tres días estuvieron dedicados a los tres principios de Nueva Acrópolis, con presentaciones y debates.
¿Cómo podemos ser más felices, mejores y más fuertes?
La primera charla, titulada El camino de la conciencia, versó sobre el desarrollo de la capacidad de concentración, basada en el libro Concentración y despertar interior de Fernand Schwarz. Para ilustrar este camino se utilizó un diagrama tradicional, cuya interpretación proporcionó a los visitantes consejos útiles sobre cómo conocer y controlar mejor su propia mente. A lo largo del camino, los participantes pudieron poner a prueba su atención con varios ejercicios. Después de unos minutos de concentración, descubrieron que no es tan fácil concentrarse en una cosa, ni siquiera por un corto período de tiempo.
¿Qué se necesita para tener una buena comunidad?
El segundo día se realizó una charla titulada Hermanos y Fraternidades, seguida de un coloquio. El programa incluyó dos rondas de debates en ocho mesas sobre temas relacionados con la construcción armoniosa de una comunidad y la realización de la hermandad. Estos intercambios filosóficos abordaron cuestiones como por qué los valores son importantes en la vida de una comunidad, por qué buscamos lo que nos une en lugar de lo que nos divide, cuán rígidas o flexibles necesitamos reglas comunes y si las reglas son una barrera a la diversidad.
¿Cómo podemos dar forma al futuro?
En la tercera charla, titulada En lugar de un colapso, el ponente hizo un amplio recorrido sobre los cambios drásticos que las actividades humanas están provocando en el ecosistema. La gran pregunta de la teoría del colapso es qué destino le espera a la humanidad que ha provocado estos cambios y si se puede evitar una supercatástrofe. Se dieron a la audiencia muchos ejemplos de formas de cambiar nuestra mentalidad para tomar conciencia de la escala de nuestra propia huella ecológica y de modelos positivos de gestión de crisis en el mundo que, cuando se suman, pueden marcar una diferencia real.